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El siguiente artículo es la traducción de un fragmento de un audio en el que Kenneth Wapnick hace algunos comentarios interesantes. Como de costumbre en él, sus comentarios vienen en el lenguaje y contexto de la enseñanza espiritual llamada "Un curso de milagros".
Aquí abajo en la traducción indico el título original de este fragmento de audio, «En el mundo no hay nada que me pueda hacer feliz». La charla completa se tituló "Las ideas no abandonan su fuente". Para titular este post he preferido hacer referencia a un breve comentario casi anecdótico pero inspirador que hace Ken sobre la iluminación al final de este fragmento, como veremos más abajo (aunque en este fragmento no aparece expresamente la palabra iluminación, sino que se usa alguna de las expresiones sinónimas bajo el lenguaje habitual de Un curso de milagros).
En el mundo no hay nada que me pueda hacer feliz
El comienzo de la lección 70 ((Nota de Toni: Sobre todo el párrafo 2º)) es una declaración muy, muy clara de que nada en el mundo puede hacernos felices; nada puede hacernos infelices. Nada puede causarnos dolor; nada puede darnos placer. Y dice que esto te pone en el centro del universo al que perteneces. Y ahí se está refiriendo al universo de la mente: que tengo el control de si estoy feliz o triste. No tiene nada que ver con circunstancias externas.
E incluso si tú no estás experimentando eso, saberlo al menos intelectualmente es un muy buen comienzo. Porque te devuelve el poder. De lo contrario, todos somos impotentes. Digamos que mantenemos a duras penas una minúscula pizca de poder. Puedo controlar tal parte de mi vida o a tal persona a veces. Pero en realidad sabemos que estamos a merced de fuerzas que no podemos controlar; ciertamente, la fuerza del envejecimiento, las fuerzas de la economía. Cosas así ocurren, perdemos nuestro trabajo, perdemos nuestra casa y no hicimos nada. Así es la vida, es simplemente como son las cosas, lo que está pasando hoy. O contraemos cáncer, o un ser querido contrae cáncer.
Y en el nivel del mundo no tenemos control sobre eso. Pero tenemos control sobre cómo lo vemos. Y la cita que dice "El mundo que ves es la imagen externa de una condición interna" ((Nota de Toni: T-21.introd.1:2-5)), nos da la vía de escape. El mundo que veo es una proyección, es el símbolo de una condición interna la cual depende de mi mente elegir; la decisión de mi mente a favor del ego o del Espíritu Santo, tal es el poder de elegir. Y eso me da esperanza. Porque incluso en medio de circunstancias horrendas, todavía puedo estar en paz.
Y repito, al principio lo crees intelectualmente o te esfuerzas para llegar a creerlo intelectualmente. En algún momento, si sigues trabajando en ello, se convertirá más en una experiencia. Pero se necesita mucho trabajo duro porque estamos desaprendiendo toda una vida, si no vidas, de intensa dedicación a hacer que el símbolo parezca real y olvidarnos de la fuente.
Entonces, creo que lo que también estás reflejando, aunque no lo dijiste, es una resistencia que todos tenemos a aceptar que lo que acabo de decir, lo que dice el Curso, es verdad. Debido a que el mundo parece un testigo tan poderoso. Como dijo Wordsworth: "El mundo es demasiado para nosotros". Me refiero a que es demasiado poderoso. La enfermedad es demasiado poderosa. La situación económica del mundo es demasiado poderosa. La guerra es demasiado poderosa. El trastorno o malestar es demasiado poderoso. La muerte es demasiado poderosa. En fin, que no hay forma de que podamos superar eso.
Y en el nivel del cuerpo, no podemos. Pero podemos superar nuestro sistema de creencias porque tenemos el poder de cambiarlo. Así que es ahí donde radica la esperanza.
Estudiante: Y podemos. Estoy seguro de que hay ejemplos de alguien que ha elegido por completo convertirse en el tomador de decisiones y elige la paz, eligiendo ser amoroso. Es posible. ¿Es realmente posible?
Kenneth: Es realmente posible. ¿Quieres una garantía? Realmente es posible. Realmente es posible. Te diría incluso que podrías hacerlo esta misma tarde, pero eso te haría caer en el pánico, así que no diré eso.
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Complemento: Traduzco también un comentario de Ken Wapnick escrito en el libro «Journey Through the Text of A Course in Miracles» (Volume 1, page 168), donde menciona brevemente los dos aspectos de la cuestión del proceso de despertar: la instantaneidad y la gradualidad. Ahí va:
Las lecciones del Espíritu Santo
El aspecto más importante de estas secciones que cierran el Capítulo 6 es que proporcionan una de las descripciones más claras en Un Curso de Milagros del proceso de aprendizaje. Un peligro que encuentran muchos de los que siguen un camino espiritual, y uno que no es raro entre los estudiantes del Curso, es pensar que debido a que se les enseña que la salvación es instantánea, es instantánea en el tiempo. Esa creencia es ingenua en el mejor de los casos y perjudicial en el peor. La salvación es instantánea sólo en el sentido de que la caída de la unicidad ocurrió en un simple instante —fuera del tiempo y del espacio— y ser salvado de la caída también ocurre en un simple instante. Dentro de la ilusión temporal-espacial de nuestra experiencia, sin embargo, no sucede tan rápido por el miedo a perder nuestro yo. Como vimos anteriormente: "El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil" (T-6.II.11:1). Hacemos que la idea de retornar sea ardua y prolongada porque estamos deshaciendo la base de lo que creemos que es nuestra existencia: la incesante invitación del ego a resistirnos a la verdad. Estas tres lecciones del Espíritu Santo (T-6.V.A-B-C) reflejan que nuestro retorno es un proceso, y Jesús deja claro que deshacer las tres lecciones del ego al elegir la corrección del Espíritu Santo ocurre con el tiempo, lenta y suavemente.
Por tanto, generalmente hay implicado un intenso miedo, o incluso pánico como dijo Ken en el audio anterior, por lo que nos resistimos al despertar inmediato y por eso lo prolongamos en el tiempo. Incluso así, el despertar instantáneo sigue siendo posible en cada instante, como también dijo Ken, "esta misma tarde". Parafraseando a Galileo, el miedo lo hace lento y el despertar instantáneo nos parece algo lejano, pero... «Y sin embargo... se puede» ;-)
La cita mencionada por Ken en el libro citado anteriormente podemos repetirla pero incluyendo las dos frases siguientes, que nos dan una idea de la dinámica del ego a la vez que del potencial que podemos liberar si recurrimos al Espíritu Santo:
El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. Sin embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es innecesario porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil. Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difícil. (T-6.II.11:1-3)
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